
sábado, 21 de noviembre de 2009
miércoles, 18 de noviembre de 2009
ARTISTA INVITADA
lunes, 16 de noviembre de 2009
EFEMÉRIDES
/ "Ojalá que esté el Burrito Ortega" Catt
/ "Vicky, me chupó el agujero negro y me caí de la mesa!" Kuki
/ "Estoy como naranja y media." Catt
/ "Cata! Esos están tomando como unas malteadas!" Vic
/ "Ehh... de tu cumpleaños!" Catt
/ "Pero Vicky! Esta gente de qué trabaja?" Catt
lunes, 9 de noviembre de 2009
DE CLICHÉ EN CLICHÉ

Pasta Party en Ayacucho, profunda crisis de estilo…conocíamos la previa, no conocíamos el desenlace. Suena el portero y bajamos.
El cumpleaños era en un salón de usos múltiples de un edificio ubicado en el “tradicional” barrio de Puerto Madero.
Luego de una insegura bajada por una escalera caracol, aterrizamos en los brazos de nuestras amistades. Nos vimos envueltas entre sonrisas cómplices al visualizar dentro de un freezer de considerables proporciones, el volumen alcohólico que arengaría la noche.
Una se inclinó por las bebidas blancas, la otra por un aperitivo herbal. Y así, entre tragos y pasos de baile nos llegó la hora de cambiar de locación… en un confuso episodio nos vimos dentro de un Mini Cooper (pronúnciese mini cúpa) rumbo a Esperanto, si… de cliché en cliché.
Al unísono de un “no lo puedo creer” llegamos a la puerta. Un extraño sujeto vestido de blanco, arropó nuestras delicadas muñecas con un precinto de iridiscente color.
Una vez dentro, nos invadió la sospecha de que el menú de la noche había sido: Teta al Plato con Jean al Huevo. La duda se convirtió en certeza, cuando en la mesa contigua vimos a Ricardo Fort.
Personaje que definitivamente amerita la siguiente descripción:
A excepción de su tejido epitelial, todo lo que lo cubría era de color blanco. Su exuberante torso se veía cubierto por tan solo un chaleco, cortado a la altura del ombligo, lo que dejaba a la vista la pedrería de su ostentoso cinto, el cual simulaba sostener un pantalón al tono, de reducidas dimensiones. Sus tejanas de filosos bordes le permitían llevar a cabo convulsivos bailes de masiva aceptación.
Su siliconado rostro se veía enmarcado por una excepcional, y casi como delineada, obra de barbería. Consideramos que sería redundante hablar del gel que modelaba su pelo.
Su personal de seguridad (6) delimitaba a su alrededor, un área de protección que solo una de nosotras pudo atravesar para hundirse en un abrazo con Richard, al grito de “¡Felíz Cumple!”.