martes, 20 de noviembre de 2007

La historia oficial

Nada de eso.
Si, sufrí una fractura, pero no una fractura cualquiera. Es una fractura con charme.
Locación: Quintana y Callao.
Vestimenta: elegante-sport.
Ambiente: amigas-os... por ende? un quemo!!!

Empezamos con una amena reunión entre amigos. Charlas picantes, temas urticantes, y un vino de por medio. No es razón para que piensen que mi accidente se debe al alcohol, por que no.

Dando por finalizado el meeting, decidimos partir a una fiesta. Nos pareció realmente en vano sacar algún auto, estabamos a dos cuadras, dos cruadas que serían fatales para mi motricidad y ya que estamos, para mi moral. No quiero adelantarme, pero es inevitable...
Veníamos en una chistosa caravana de risas y abrazos, cuando de repente una de mis colegas fue víctima de una burla colectiva. En el afán de ayudarla tratamos de canalizarlo hablando del tema mientras seguiamos la marcha, lo que nos produjo realmente mucha risa, esa risa que hace que te cuelgues de tu partner... fue en ese entonces en el que fui conciente de que iba a caerme, no de forma violenta, con estilo y dulzura, pero mi cuerpo tocaría el piso... astuta y veloz pensé que si yo caía caería Vicky también... hice mi mayor esfuerzo, pero los triceps de Vic pudieron más y logró mantenerse en pie. Yo no.
La adrenalina de la caída me generó mucha risa, me colaboraron para incoporarme mientras todos se mofaban de mi. Estando ya a media cuadra de la fiesta traté de superar la humillación y el dolor. Crucé Callao y cuando me detuve a ver mi pie ya era tarde. No podía pisar.
Instantaneamente fui medicada por Vicky y su set de primeros auxilios. No habia vuelta, tenía el pie como uno de los integrantes de ´Cuestión de peso´.

Arruiné la fiesta... me vinieron a buscar en un auto, fui depositada en casa y mi mamá al verme decidió vestirse y llevarme a la guardia.

Nunca perdí el humor, puede haber sido que el no pisar no me causaba dolor o el vaso de vino rose, o que simplemente soy genial... cual fuera la causa, hice migas con todo el recinto médico.

Fleche al traumatólogo, el cual me derivó a rayos... circulaba por los pasillos en silla de ruedas, en manos de mi madre que había salido sin anteojos, no solo peligraba mi movilidad sino también mis dientes.

Bueno en fin, tenía una fractura... ¿yeso o bota? yeso me aconsejo el médico, cuando miré mi pierna a ver si estaba presentable me di cuenta que tenía un jean por demas chupin y que iba a tener que ser cortado: NO! no no... por lo cual volví a casa de piecito suelto hasta el domingo, día en el que papá (tipo útile si lo hay) fue a buscarme los elementos que me aocmpañarán por largo tiempo, y además me dio clases prácticas de como usar las muletas. Eso va a ser tema para una próxima entrada.
Pedí modernidad, una bota que me combine con todo aunque no salga de mi casa.
Y así estamos... con una bota hasta para dormir.. sin poder pisar, moviendome entre muletas y silla de computadora con rueditas!!!

Desde ya gracias a todos aquellos que se solidarizaron conmigo.
Y sepan que estoy todo el día en mi casa con un ataque de caspa debido al aburrimiento. Sepan entenderme.

ÚLTIMO MOMENTO


¡Qué mala pata!

Después de un merecido descanso, volvimos. Un retorno accidentado es el comentario del día de la fecha.

A Catalina y su pasión por el folklore el destino les jugó una mala pasada. En el recital de la queridísima Teresa Parodi, el pie de la niña en cuestión, sufrió una fractura a los 45º del revoleo de su poncho. Mala Suerte? Tal vez. Falta de práctica? Tal vez. Producto del rosé? Seguro que no.

Desde acá les pedimos una palabra de apoyo. Gracias por estar!