Una jornada digna de una mala película de ciencia ficción.
Todo empezó lo que para mi era muy temprano, 12.45 con tan solo 15 minutos para encarar el trabajo.
Luego de un día laboral volví a casa, donde me quede dormida en el sillón de la pc en el afán de mantenerme despierta, que picardía.
Asistimos a la facultad, nos daban las notas, lo cual nos generaba una pequeña adrenalina, no lo suficientemente grande como para ir con ganas pero si como para “ir”.
Una breve explicación, una breve entrega de notas pero no así una breve vuelta a casa.
Por desperfectos técnicos, el rodado q nos lleva a la fac esta atravesando una larga estadía en el taller, por lo cual volvimos a manejarnos con el 37.
Había una cola eterna, era lógico q no íbamos a poder sentarnos, pero el frio y la neblina eran más fuertes, decidimos subirnos con la estrategia de sentarnos en el piso al fondo arriba de nuestras entregas, material q se cuida mas q el oro antes de presentarlo, pero q luego de la nota carece absolutamente de valor.
Pleno viaje, coordenadas: Dorrego y Marcelino Freyre. Mi partner y yo manteniendo una agitadisima charla…. POOOMM. Choque!.. nos incorporamos y reaccionamos. No sabemos si fue mas grave el percance o la estampida general q se abalanzó al final del colectivo, impulsados tan solo por el morbo.
No hubo graves incidentes. Tampoco heridos, solo 3 móviles involucrados, pero si miedo y preocupación y cuando ves q todo esta bien… FIACA! Papeleríos, testigos nah… como ratas que huyen del fuego nos fuimos a la entrada del colectivo, donde llamamos a un mega-taxi q nos viniera a rescatar de tamaña aventura.
Y así fue que subimos al transporte, que nerviosamente intercambiaba malas palabras con la empleada que atiende la radio. Sin ánimos de fumármelo yo (a quien le tocaba bajarse última) decidimos bajar en la Vicky-morada y así descansar en dos magníficos panchi-soja, para luego querer explotar, meter panza, lookearnos y salir a agitar el éter.
Todo empezó lo que para mi era muy temprano, 12.45 con tan solo 15 minutos para encarar el trabajo.
Luego de un día laboral volví a casa, donde me quede dormida en el sillón de la pc en el afán de mantenerme despierta, que picardía.
Asistimos a la facultad, nos daban las notas, lo cual nos generaba una pequeña adrenalina, no lo suficientemente grande como para ir con ganas pero si como para “ir”.
Una breve explicación, una breve entrega de notas pero no así una breve vuelta a casa.
Por desperfectos técnicos, el rodado q nos lleva a la fac esta atravesando una larga estadía en el taller, por lo cual volvimos a manejarnos con el 37.
Había una cola eterna, era lógico q no íbamos a poder sentarnos, pero el frio y la neblina eran más fuertes, decidimos subirnos con la estrategia de sentarnos en el piso al fondo arriba de nuestras entregas, material q se cuida mas q el oro antes de presentarlo, pero q luego de la nota carece absolutamente de valor.
Pleno viaje, coordenadas: Dorrego y Marcelino Freyre. Mi partner y yo manteniendo una agitadisima charla…. POOOMM. Choque!.. nos incorporamos y reaccionamos. No sabemos si fue mas grave el percance o la estampida general q se abalanzó al final del colectivo, impulsados tan solo por el morbo.
No hubo graves incidentes. Tampoco heridos, solo 3 móviles involucrados, pero si miedo y preocupación y cuando ves q todo esta bien… FIACA! Papeleríos, testigos nah… como ratas que huyen del fuego nos fuimos a la entrada del colectivo, donde llamamos a un mega-taxi q nos viniera a rescatar de tamaña aventura.
Y así fue que subimos al transporte, que nerviosamente intercambiaba malas palabras con la empleada que atiende la radio. Sin ánimos de fumármelo yo (a quien le tocaba bajarse última) decidimos bajar en la Vicky-morada y así descansar en dos magníficos panchi-soja, para luego querer explotar, meter panza, lookearnos y salir a agitar el éter.
1 comentario:
jejejeje...como repunta el blog!! que raro que no hayan armado joda dentro del bondi!!!
saludos del nube.
Publicar un comentario